Javier
Reverte es de esas personas que solo con mirarlas, te transmiten infinidad de
cosas: amabilidad, educación, ganas de escribir, aprender y viajar. Desde niño
le ha gustado escribir (a los doce años ya redactaba algunas historias) y por
ello, la literatura para él es una pasión, pero sobre todo una vocación y una
manera de explicar el mundo, ese mundo que desde su punto de vista, es caótico
y en el que hay muchas cosas que no se comprenden. Y precisamente la literatura,
es un esfuerzo por dar orden a ese caos.
“El mejor
libro para uno, es el próximo”, afirma Reverte. Decir cuál es su publicación
más exitosa le resulta difícil porque para él todos son buenos. Pero si se
tiene que quedar con alguno, se queda con su Trilogía de África, que tuvo una gran acogida por el público y le
ha permitido vivir por y para la literatura.
Aunque lee cosas en el ordenador, le gusta mucho el papel. Bajar a comparar el periódico y leerlo mientras toma una taza de café es una costumbre que no puede abandonar porque lo ha hecho desde siempre, le gusta demasiado. Aunque no lea mucho en el ordenador, lo que sí que hace es escribir en él. Escribe de todo menos poesía. “Escribir poesía en el ordenador, me parece un insulto” afirma. Reverte cree que “da igual el soporte en el que escribamos o leamos porque al fin y al cabo, el soporte es lo de menos”. Lo importante es el contenido y no la forma de transmitir la información.
En cuanto a
la publicación o no de los libros en soportes digitales, cree que “es una buena
idea que se publiquen en soportes multimedia, pero le preocupa la piratería
porque es un robo y ha hecho mucho daño
a la música y al cine”. Opina que hay una especie de demagogia de que la
cultura es libre, pero eso no es así, la cultura es de todos pero también del
que escribe porque tiene derecho a vivir
de ello. El papel y
los soportes multimedia convivirán mucho tiempo, aunque algún día, el papel
morirá como lo hizo el papiro.
Reverte cree
que el control ético de las informaciones es un viajo debate. “¿Hasta dónde
llega la libertad de expresión y dónde empieza la libertad de los otros con tus
informaciones?”se cuestiona. Con Facebook o con los blogs, es muy difícil
controlar la ética de los contenidos, aunque cree que algún día, estará bajo control.
Alba Paz Benito Martín
No hay comentarios:
Publicar un comentario